martes, 29 de octubre de 2013

Torchwood: Children of Earth. Davies se puso hardcore.



Cualquier persona que haya visto la etapa de Doctor Who de Davies la debe recordar, en comparación a la “oscuridad” que le puso Moffat a la serie, como un paseo en el parque durante una tarde soleada de primavera. Esa es la impresión que me quedó a mí sobre los guiones de Russel T. Davies y es desde esa perspectiva que empecé a ver la tercera temporada de Torchwood. Les voy a ser sincero, no me interesaba ver Torchwood de la misma manera que no me interesa ver Las Aventuras de Sarah Jane Smith. Sin embargo hace poco leí en internet, que Steven Moffat planea usar una idea que tenía Russel T. Davies para vincular a dos personajes interpretados por el mismo actor, Peter Capaldi: John Frobisher en Torchwood y Caecilius en Doctor Who. Moffat planea reciclar esta idea ya que el doceavo Doctor será interpretado por Peter Capaldi. Dada esta situación decidí ver esta temporada de Torchwood, donde aparece John Frobisher, así no me pierdo nada de lo que viene en Doctor Who. Para mi sorpresa (y alivio) la temporada solo duró cinco capítulos y no se compone de capítulos unitarios sino que todos forman parte de la misma historia. La mayor sorpresa, sin embargo, no vino por la duración de los capítulos, la mayor sorpresa vino después, cuando termine de ver la temporada. Russel T. Davies nos toma de la mano, nos saca de nuestro paseo por el parque en una tarde de primavera y nos lleva a pasear por un callejón oscuro en un barrio peligroso.
El Capitán Jack Harkness, Gwen Cooper e Ianto Jones, los protagonistas de Torchwood.

La historia es muy atrapante por el misterio que la rodea. Un día cualquiera, todos los niños del mundo entran en una especie de transe y empiezan a repetir al unísono una frase: “We are coming” ("Estamos llegando"). De pronto se quedan callados y vuelven a la normalidad. Torchwood decide comunicarse con el gobierno para ofrecer su ayuda pero el gobierno tiene otro plan para Torchwood y el secretario John Frobisher da la orden de destruir Torchwood y matar a sus integrantes. De esta manera el gobierno intenta ocultar una visita extraterrestre ocurrida en los 60 durante la cual los visitantes ofrecieron la cura a una enfermedad a cambio de 12 niños de la Tierra, hecho en el cual estuvo vinculado Jack Harkness ademas de otros testigos a quien también intentan eliminar. Esta situación se hace más evidente cuando en un nuevo transe los niños del planeta empiezan a repetir la frase: “We are coming back” ("Estamos volviendo"), la cual, si bien confunde a casi todo el mundo, es muy bien interpretada por el gobierno, los 456 (nombre que se le asigna a la especie extraterreste) van a volver y hay que negociar con ellos. El encargado de comunicarse con los visitantes es el secretario John Frobisher dado que ninguno de sus superiores quiere hacerse cargo de lo que pueda pasar. La negociación se vuelve un poco áspera cuando los 456 solicitan a modo de obsequio el 10% de la población de niños del mundo a cambio de no exterminar a la humanidad. Jack, Ianto y Gwen se vuelven prófugos y logran armar su base de operaciones en una base abandonada de Torchwood. Desde ahí y con ayuda de una nueva empleada gubernamental que entiende que algo anda mal en el gobierno, trataran de evitar que la entrega se lleve a cabo.
John Frobisher, un personaje dificil de digerir interpretado por Peter Capaldi.

No quiero contar mucho más porque realmente es una historia recomendable que quisiera que vea quien este leyendo esto. Es una miniserie, por decirlo de alguna manera, cargada de dilemas morales, con una fuerte crítica social, con momentos muy ásperos y difíciles de digerir y con muertes inesperadas. Claramente la historia está pensada para un público adulto y Davies se luce planteando situaciones que incomodan y que nos dejan preguntándonos “¿Qué habría hecho yo? Un detalle interesante, que le suma mucho a la tensión de la trama es el hecho de no ver nunca completamente a los extraterrestres. Ese misterio, el no poder identificar al invasor es un recurso que funciona desde los tiempos de Alien y que está muy bien utilizado en esta historia. En fin, particularmente desconozco como serán las demás temporadas de Torchwood, incluso hubo una cuarta temporada al año siguente, pero la tercera es muy recomendable,aunque sea para verla de manera aislada, ya sea para evaluar si las demás temporadas valen la pena como para ver que nos espera a los fanáticos de Doctor Who con Peter Capaldi.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Spider-Man: Blue


Spider-Man: Blue fue una miniserie editada entre 2002 y 2003, escrita por el discutido Jeph Loeb (autor un tanto dispar, amado y odiado por igual por los fans y la crítica) y dibujada por Tim Sale. Esta miniserie relata en un tono de remembranza y melancolía la historia de la relación de Spider-Man con Gwen Stacy, aquel gran amor de Peter Parker que muere trágicamente a manos del Duende Verde en 1973. Se ubica dentro de un plan de miniseries "coloridas" de estos autores ubicadas en los comienzos de la carrera de algunos personajes (Daredevil: Yellow, Hulk: Gray). Hablando específicamente de la idea... es muy poco original, para 2002 ya teníamos multitud de historias que revisaban las primeras épocas de Spider-Man, de las relaciones con sus amigos, conocidos, villanos, JJ Jameson, Tía May y, más que nada, con Gwen (y su muerte). ¿Hacía falta volver a revisar la relación entre Peter y Gwen? La verdad, no. Pero si uno llega con esa idea al primer número de Blue, se lleva una gran sorpresa.

Spider-Man: Blue #5
La magia de los
maravillosos lápices
de Tim Sale
Es probable que Jeph Loeb haya nacido para contar este tipo de historias donde se revisan desde un punto de vista poco tradicional los aspectos más humanos de los personajes (no es una gran deducción, conociendo otras obras destacadas del autor como Superman For All Seasons -que tendrá pronto una reseña por este blog-). Loeb logra un relato que repite cosas ya contadas por Stan Lee, Steve Ditko y John Romita Sr., incluso repitiendo diálogos, y agregando alguna que otra cosa (e ignorando algunos detalles cronológicos incluso), pero, sin embargo, querés seguir leyendo, sabiendo lo que va a pasar, sabiendo como sucedieron las cosas entre Peter, Gwen, Mary Jane (y Harry Osborn, incluso). Una especie de drama adolescente, que podría competir con cualquier serie del estilo, pero con Spider-Man en el medio (y Rhino, Lizard, Vulture...).



Gwen, invitándote, en Spider-Man: Blue #4

Tim ditkotizado, #5
Tim Sale es el mejor acompañante de Loeb en estas historias. Este dibujante se destaca por sus trazos suaves que dejan fluir la historia, y sus rostros hacen que los personajes salgan de las viñetas, que puedas ver las lágrimas cayendo, o cuando se ruborizan, sin que eso necesariamente esté dibujado. Los rostros de TS generan sensaciones, hace creer que estás viendo una serie con buenos actores. La forma en que dibuja los ojos y las sonrisas de Mary Jane y Gwen logran enamorar al lector, que remite a su juventud, a su adolescencia, al instante. Y las portadas que hizo para este cómic son de lo mejor de su carrera a mi criterio, simples e impactantes. Si bien no es un dibujante que se destaca por las escenas de acción, en este caso se permite incluso un homenaje a Ditko.


Spidey se aleja de
MJ... portada del #3
Algunos fanáticos pueden quejarse de los problemas cronológicos que incluye la historia, al narrar hechos ya narrados de una forma algo distinta, pero el recurso narrativo que introduce Loeb salva ese pequeño detalle, y añade un gran tono a la historia: el relato es contado por Peter Parker en su grabadora, como él lo recuerda, hablándole directamente a Gwen (una Gwen que ya dejó el mundo tiempo atrás). La carga de emotividad va subiendo viñeta a viñeta, hasta que logra justificar el "Blue" del título, y da ganas de volver a leerlo, pero esta vez poniendo como soundtrack algún viejo tema blusero, de esos bien melancólicos. Y Loeb no termina la historia de la manera obvia. Cuando el lector cree anticipar el final, y se espera algún salto temporal hasta la muerte de Gwen, Loeb termina el relato en el mejor momento. Y enmarca perfectamente el triángulo Gwen-Mary Jane-Peter (triángulo, pero no necesariamente triángulo amoroso).


Y llega, despampanente, Mary Jane
mientras Sale recuerda a Romita en
el número #2

Otra cosa que me hizo pensar este serie es en la mitología. No se discute que la mitología moderna, encarnada por los superhéroes, surge dentro de los cómics de DC Comics. Aquellos personajes encarnan los mitos creadores, los dioses primigenios de la antigüedad. Pero como los mitos antiguos dejaron paso a las mitología más rebuscada de los relatos griegos, DC dejó pasó a Marvel, el lugar donde los dioses no son perfectos, y poseen defectos muy humanos (sí, me fui un poquito al carajo comparando a Zeus con Peter Parker, pero se entiende lo que quiero decir no?). Y pensándolo de esa forma, es muy lógico que Spider-Man sea el ícono por excelencia de Marvel.

Y para cerrar... imposible no sentir un cosquilleo en la
espalda, si Gwen logró hacerte sonreír.